III. Realismo




"La siempre Realista"



A estos cuadros los presento en el año 2007 (siendo de elaboración anterior a los automatismos), porque fue este el año en el que por fin reconocí la importancia de esas "hogareñas horas de pintar en el taller con 20 viejas más que me mimaban a mate y pepas", es decir, de mis ya 6 años de taller en el atelier de Cocó Machado.



El año 2007, ya cursaba 2º año de la carrera de Bellas Artes en el instituto Santa Ana, fue el click a partir del cual algo me hizo valorizar, analizar, enjuiciar, abstenerme de, perdonar y retomar lo que si bien aprehendido también adoptaría como una parte de mi.



La historia del porqué empecé a ir a ese atelier explica esencialmente el origen de los automatismos... Y fue así:



En 1999 mamá me mandó a un taller de arte... preocupada. Parece se que en el colegio mis trabajos de plástica estaban siempre acompañados del color negro. Por eso, me mandó a un taller de pintura para que conociese el resto de los colores bajo la tutela de algun experto. Eso me hizo empezar a formar parte del Grupo Sepia a los 11 años. Según dice la historia, un mes más tarde la profesora le dijo a mama que para mi edad conocía hasta por demás los demás colores, pero que igual elegía el negro... Si la consigna decía "eliga tres colores" yo comprendía al negro como uno de esos tres, y lo elegía de preferencia sobre el resto. Claro, mi madre, aterrorizada. Sin encontrar consuelo en la profesora que me alentaba a pintar a mi manera, le pidió el ejercicio de hacerme pintar con todos los colores, menos con el negro. Durante 6 años, ni lo compraría.



El corte entre los primeros automatismos y los segundos se da justamente por los estudios de arte. En Buenos Aires, tras la venida a abajo del IUNA en su sección de Artes Visuales, son muy pocos los lugares donde estudiar bien arte. De hecho, me inscribí y todo en el IUNA pero nunca pude empezar por paros... A la vez me había inscripto en el Santa Ana y había pasado su exigente semana de ingreso... Así que las condiciones nacionales me llevaron a cursar los dos primeros años de ingreso del Santa Ana durante los años 2006 y 2007. Pasados esos dos años era que uno podía pasar al profesorado, que constaba de tres años.



Las actividades académicas me llevaron sin mala intención a lo clásico. Y sin darme cuenta dejé los automatismos durante los años, para aprender la base que considero hasta el día de hoy, elemental para mi expresión. Fue un sacrificio grato y que me llevó a conocer a profesores increibles.



Lo que pasó en el 2007 para merecerse ser llamado "el año del click" fue que me dieron una tarde lluviosa en la casa de arte Thesis de Palermo un pomo de 60 ml de Negro Marfil como premio consuelo por presentar mi obra en un concurso con una de mis pinturas realistas que, claramente, no quedó seleccionada. Lo miré y me quedé... absorta. Una sensación rara. Esa que en verdad llega cuando cambías sin odio y sin asombro... simplemente, llega.



Negro.



Entonces... la academia... lo que hay que saber... lo que hay que enteder... lo que, lo que, lo que... Qué era todo eso?



No me cuestioné más. Sino que me puse a terminar una obra:






"Botitas", 2007.



Supongo que el discurso con la materia y el tiempo frente a la realidad que me cuestinaba me dio el espacio para responderme... El taller había sido mi segunda casa. Qué manera de reír. Las señoras de cuarenta para arriba estaban deleitadas con mi testarudez para las propuestas que le hacía a Cocó en cada cuadro nuevo. Recibí cariño de más. Y tb... recibí algo que no pude nunca olvidar... La depresión que la crisis económica causó en varias a las que quería tanto... El verlas... El verlas... Ya para el 4to año, no era el mismo grupo. Pero nunca olvidé que había vivido, con Mujeres. Asombrosas. Sus finales no siempre fueron felices, pero reales.



Esa era la realidad que quería mantener.



No fue por la decisión altruista de mirar mis dias de taller en lo de Cocó y mantenerme firme en que lo que hacía estaba bien, lo que me hizo abrazar al realismo aún más fuerte después de mirar a ese pomo negro. Fue a esas Mujeres, a sus confidencias, momentos felices, lagrimas, enseñanzas y constantes atenciones mínimas a las que abracé cuado comulgué finalmente con todo ese tiempo de taller. Experiencia de Mujer y de Realidad. Hermosa. Como desacar esta experiencia que tan pocos en la vida llegan a ver de la riqueza del alma femenina... No de la ideal, no de la perfectitamente tranquila.... Lejos de esas... Conocí de cerca a la real. Y Qué Mujeres!



A continuación los cuadros que pinté en el taller:  










"Calle de San Isidro" 2002  - 1º Premio.







"Puerto de Frutos" 2003 - 1º Premio.



En los últimos años en los que concurrí al taller, justo cuando la adolescencia empezó a pegarme y me costaba mantenerme parada frente a un bastidor sin llorar o gritar, reir exaltadamente o enmudecer por horas, llegó un grupo de chicos de mi edad al taller. Entre ellos: Sofia Gismondi, Agustina Lombardi, Pía Anzoátegui, Jaime Martín Grondona y Pico (Francisco, de quien nunca supe el apellido).







"Fine, pies mojados" 2005 - 2º Premio.







"Charco" 2005




Entonces... Pinté en ese taller desde 1999 hasta el 2005, con altibajos claro está. En el 2006, al comenzar el Profesorado en Artes Visuales en el instituto Santa Ana y habiendo vuelto de las vacaciones en Carilo con mi primer automatismo terminado, creé mi propio taller en la casa de Bella Vista. Durante el 2006 y el 2007 no pintaría más automatismos, para concentrarme en lo académico. En el 2007 me encontraría con el color negro y conciliaría mi relación con la realidad... En el 2008... Uf, el quilombo que esto trajo despues!






De todas formas, si bien las enseñanzas de tipo académicas del Santa Ana eran excelentes no me daban el tiempo para hacer automatismos por sus exigentes horarios (y mi exigendia para la presentación de cada trabajo). Sin darme cuenta perdí de la mira el objetivo que me había inspirado mi vocación... Pero reitero, la enseñanza fue excelente y espero en un futuro retomar profesores increíbles como Marta, Luis espinosa y Ana Abregú.  


A final del 2007 comprendería que no tenía porqué separar los realismos (demasiado academizados) de los automatismos (demasiado abandonados). Algo me decía que tenía que orientarme hacia una nueva línea personal dividida en dos áreas opuestas y fusionadas a la vez.





Fue en ese momento del 2007 cuando comencé a pintar separadamente realismos y automatismos de la manera más personal que pusiese. Así pinte obras realistas como las dos a continuación. Y los automatismos de este mismo momento se dieron justo en el año 2008 (en el siguiente post).





"Botitas" 2007










Escarabajo Azul" 2009